domingo, 3 de febrero de 2013

Ideal de la mujer Petrarquista

Comparación entre El nacimiento de Venus de Botticelli y la descripción de Melibea en La Celestina de Fernando de Rojas

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Comparación entre El nacimiento de Venus de Botticelli y la descripción de Melibea en La Celestina de Fernando de Rojas

Hemos aislado los rasgos de Melibea en la descripción que hace de ella Calisto para Sempronio y los hemos ido comparando con el cuadro de la Venus de Botticelli, que ejemplifica la descripción renacentista (el ideal de mujer petrarquista). 

El nacimiento de Venus de Botticelli

- La Venus de Botticelli tiene el pelo rubio, resplandeciente y muy largo, como Melibea (Calisto: "sus cabellos son más lindos que las madejas del oro delgado que hilan en Arabia, y no resplandecen menos. Le llegan a los talones y peinados como ella se los peina, convierten a los hombres en piedras".) 

- Ambas tienen los
 ojos claros (en el caso de Melibea, verdes y en el de la Venus; más bien dorados), las cejas arqueadas y estilizadas, los labios gruesos y colorados, la boca pequeña, el rostro largo y el pecho alto. En cambio, no podemos comparar las dientes, porque la Venus aparece con la boca cerrada. (Calisto: "Sus ojos son verdes, rasgados, las pestañas largas, las cejas delgadas y arqueadas, la nariz mediana, la boca pequeña, los dientes menudos y blancos, los labios colorados y grosezuelos, el perfil del rostro poco más largo que redondo, el pecho alto"). 

- Tanto Melibea como Venus tienen las
 tetas pequeñas y redondas, la piel muy blanca, muy blanca y la tez lisa. (Calisto: "La redondez de las pequeñas tetas  es indibujable. La tez lisa, lustrosa, su piel oscurece la nieve, de color blanco y rosado, que ella misma sabe destacar con sus cosméticos").

- Las
 manos de las dos son pequeñas, aunque quizás las de Melibea son un poco más grandes y gruesas. Tanto esta como Venus tienen los dedos largos, así como sus uñas.  Aquí hay otra diferencia; Melibea las tiene coloradas y la Venus, no. (Calisto: "Las manos pequeñas en mediana manera, de dulce carne acompañadas, los dedos largos, las uñas en ellos largas y coloradas como rubíes entre perlas").

El ideal petarquista

La poesía trovadoresca medieval también se produce en Italia un poco más avanzada; en el país de la bota, el estilo se apoda Dolce Stil Nuovo, como ya vimos en entradas anteriores. Este se caracteriza por la musicalidad de sus versos y la aparición de la Donna Angelicatta
Francesco Petrarca fue un escritor italiano del siglo XIV que recogió toda la tradición hasta el momento y incorporó rasgos de la belleza de la mujer (sobretodo comparando las características físicas con elementos naturales, el amor fiel...).También produjo mucha obra literaria en latín. 


Francesco Petrarca

Ahora vamos a comparar el ideal de mujer petrarquista (La Celestina, Fernando de Rojas,  siglo XV) con el ideal del siglo XIV (El Libro del Buen Amor, Juan Ruiz). 
La Celestina comparte características renacentistas y también otras de medievales. En cambio, El Libro del Buen Amor aún no forma parte del movimiento renacentista (petrarquista) y nos presenta las condiciones que debe cumplir la mujer para ser bella. 



El ideal de la mujer en el siglo XIV

La mujer bella no tiene que ser muy alta, pero tampoco enana (ideal de equilibrio renacentista). No ha de ser una mujer del montón, una villana  (que sería palurda y chabacana), si no que la mujer bella es singular, única, que está por encima de las otras.... 
Es una mujer esbelta, de cabeza pequeñacabellos amarillos sin teñir, las cejas apartadaslargas, altas, en peña... Debe tener buen culo (ancheta de calderas, adiferencia del ideal renacentista). 
Sus ojos son grandes, hermosos, expresivos, lucientes y con largas pestañas, delgadas; para mientes. Es mejor que tenga el cuello alto, la nariz afilada, los dientes menudillos, iguales y muy blancos, un poco apartadillos. Las encías son bermejas y los labios de su boca, también, y angostillos. Su cara ha de ser blanca, sin vello, clara y lisa. 
Estas características las hemos extraído de esta web y se basan en el ideal de belleza de Ovidio, por tanto, el de la Antigua Grecia. 

Tanto en La Celestina y en El Libro del Buen Amor (100 años antes), hay personajes similares como el de la Celestina o el de la Trotaconventos, las cuales no formarían parte precisamente del colectivo de mujeres bellas. En la próxima entrada, veremos sus diferencias.

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